martes, 7 de junio de 2011

La chica que no quería dar a luz

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Quizá las chicas que nunca han estado embarazadas no puedan entender esta historia

Se levanto Elena de la cama, con dificultad como los últimos meses, se encontraba sola en casa, en completo silencio que podía escuchar al ser en su interior, el tin tan tun de aquel corazón diminuto que palpitaba muy quedito.

Se acaricio la panza enorme de 28 semanas, mientras se miraba al espejo, observaba el aspecto de su piel estirada, brillante y un poco agrietada por las estrías, con tal emoción, que su rostro parecía iluminarse cada momento mas y mas, sus ojos divagaban en pensamientos dulces, de ternura, casi no podría creer lo que sucedía en su cuerpo, pero que se sentía tan afortunada de vivirlo.


Pasada la mañana, ocupo su tiempo ordenando una y otra vez la ropita que usaría su bebé y meditaba en la elección del nombre, Elena aun desconocía el sexo así que era mas complicada la búsqueda, pero eso no le detenía la ilusión de la espera.


Conforme avanzaban los días, Elena estaba conciente de que dejaría de estar embarazada para ser mamá, pero una noche antes de conciliar el sueño, sintió como su bebé se movía casi como acariciándole la piel por dentro, no era como las pataditas espontáneas o esas punzadillas que le causaban cosquillas o hasta comezón en la barriga, no, aquello parecía como un lenguaje de amor en caricias, entonces Elena pensó que aquello era el regalo mas maravilloso que hubiera recibido, entonces no pudo mas aguantar la emoción y rompió en llanto.


Elena pasó la madrugada entera hablándole a su bebé, del azul del cielo, de lo rojo de algunas flores, de lo alucinante que era el olor de las galletas recién horneadas, del dulce sabor del chocolate. Elena platicó a su bebé también, del miedo a la oscuridad, de lo tormentosa que puede ser la soledad y lo triste que es no encontrar solución a los problemas.


Pasó un largo momento de silencio mientras Elena pensaba para si, todo aquello que había platicado a su bebé, y surgió de pronto un instinto maternal muy extraño, tuvo miedo del mundo al que se enfrentaría aquel pequeño al nacer y de pronto se encontró de nuevo llorando desconsolada acariciando su panza, postrada en su cama sin notar como avanzaban los días con sus noches.

Elena sumida en sus pensamientos seguía acariciándose la panza, sabia que, si despegaba los pies de la realidad, la locura le haría cometer un error que acabaría con toda su felicidad.
Elena pensaba y pensaba, mientras el día a dar a luz se aproximaba mas y mas.


“Depresión Pre-parto”.. Quizá si, quizá no tan al extremo, solo dejenme contarles que la vida tiene ciclos y que si tenemos la dicha de ser madres, el proceso inicial es albergar a nuestro pequeñito que desde que se esta formando te acariciara por dentro, tan suave y tan hermoso, pero que jamás podrá igualarse con sentir esas caricias mientras te mira a los ojos con toda esa ternura y amor, que permitirá que su cuerpecito se funda en el tuyo con un abrazo implorandote que le quites el miedo y lo protejas siempre, como desde el principio. Sabrás que no querrás cambiar por nada esa sensación así pasen los años, así se alarguen las distancias.

¡Siempre seras su mamá!


Janice Noriega
Junio 2011

2 comentarios:

vicky_to dijo...

no puedo describir como me senti al leer esto, solo decirte que te quiero

BlessNightmare dijo...

Hay chamaka ps que te digo que esta relindo y por fin mañana teminara la espera tendras en tus brazos a esa pequeñita, las kiero harto!!!

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