No pegue el texto aca, porque realmente es muy larga, pero les dejo el archivo en el siguiente enlace...
Espero les guste.
Comenten!
Solo los seres de este mundo tiene eso, esto y aquello, por eso yo... yo no tengo nada.
Quiero mirarte, abrazarte, besarte
quiero dormirte, acariciarte, conocerte,
quiero mirar tus ojos en mis sueños
y en cualquier instante poseerte.
- Quiero amarte
- ¿Amarme?, pero si soy una ilusión.
- Pero quiero amarte, déjame hacerlo.
- ¿Sabes como amar?
- No lo se, solo deja que te ame.
- Ámame, entonces.
El mal cambia un buen momento
las lunas plateadas se vuelven rojas
se muere la ilusión mas adentro
en el otoño es cuando caen las hojas
- La nieve es blanca.
- Si, la nieve es blanca...
- Tus ojos lloran
- Así es, mis ojos lloran...
- Veo tristeza en tu rostro.
- Si, es tristeza...
- ¿Quieres que también te ame?
- Ámame entonces
Las copas de los arboles son violetas
y sobre el cielo las estrellas
la noche muere en las siluetas
y yo muero en una de ellas.
- ¿Te vas?
- La nieve ya no es blanca...
- ¿Te vas?
- Si, mis ojos lloran...
- Estas triste
- Si, aun te amo...
- No te vayas quiero amarte
- Ámame entonces.
Distraigamos un momento nuestra atención con unas palabras del escritor ingles Lewis Carol (1832-1892) de su famosa historia "Alicia en el País de la Maravillas" y que nos viene de perlas para esta cuestión:
La Locura
El gato sonrió al ver a Alicia.
Parecía tener buen carácter, considero Alicia; pero también tenia unas uñas muy largas y un gran numero de dientes, de forma que pensó de convendría tratarlo con el debido respeto.
- "Minino de Cheshire", empezó algo tímidamente, pues no estaba del todo segura de que le fuera a gustar el cariñoso tratamiento; pero el Gato siguió sonriendo más y más. "¡Vaya! Parece que le va gustando", pensó Alicia y continuo: "¿Me podrías indicar, por favor, hacia donde tengo que ir desde aquí?".
- "Eso depende de a dónde quieras llegar", contesto el Gato.
- "A mi no me importa demasiado a dónde...", empezó a explicar Alicia.
- "En ese caso, da igual donde vayas", interrumpió el Gato.
- "...siempre que llegue a alguna parte", termino Alicia a modo e explicación.
A Alicia le pareció que esto era innegable de forma que intento preguntarle algo más:
- "¿Que clase de gente vive por estos parajes?".
- "Por ahí", contesto el Gato volviendo una pata hacia su derecha, "vive un sombrerero; y por allá", continuo volviendo la otra pata, "vive una liebre de marzo. Visita al que te plazca: ambos están igual de locos".
- "Pero es que a mi no me gusta estar entre locos", observo Alicia.
- "Eso si no lo puedes evitar", repuso el Gato; "todos estamos locos por aquí. Yo estoy loco; tu también lo estas".
- "Y ¿como sabes tu si yo estoy loca?", le pregunto Alicia.
Con el gris de la tarde húmeda
Y el recuerdo vago de la razón
Que en mi mente se pierde
Esperando que salga el sol
Ese sol de tu rostro
El resplandor de tu bello mirar
El calor de tu sonrisa
Hacen mi mundo vibrar
El terrible terremoto
De mi corazón al palpitar
No puedo dejar de mirarte
Oh mi cielo, oh mi mar.
Ese mar que salpica
Mis mejillas con su brisa
Y aunque frente a mi esté lo sublime
No dejo de pensar en tu sonrisa
Escucho solo el silencio
El silencio que me ensordece
Escucho loco y lo siento
Tu nombre que la tranquilidad entorpece
Yo no quiero dejarme
O alejarme de la razón
Yo solo quiero oír mi nombre
Pero que salga de tu voz
Voz que en la noche oscura
Mi corazón escucha resonar
Voz que con el tiempo
Debo volver a escuchar
Pero que por el momento
Solo me queda esperar
Solo una palabra nos aleja
Tu en la tierra y yo en el mar
Solo le pido al olimpo
Que te vuelva yo a mirar