DESCONTROLADAMENTE INAUDITA
Es la soledad que nos inclina a hacer de nosotros personas, seres de carne y hueso, gente, humanos, bípedos pensantes, entes dominantes y hasta monstruos de asfalto.
La soledad persigue siempre un fin, el fin es entorpecer la razón, partiendo desde un punto profundo y vano, la soledad crea formas irracionales carentes de realidad.
Es en la soledad donde afloran los verdaderos sentimientos, justamente donde nadie escucha el interior humano, llegando a tal punto que huir de ella es la solución.
Independientemente del individuo, la soledad en una metáfora de la ausencia del yo interno y de la presencia del todo en una sola mente, propiciando así el enfrentamiento entre el yo interno y externo dando como resultado una respuesta dual entre el repudio o estima de la soledad misma, encontrándose cara a cara con los inestables recuerdos inconscientes de las situaciones traumáticas vividas a lo largo de la existencia.
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